Michael Tonet: “Exponente en el doblado de la madera”

Diseño de Producto — febrero 11, 2021

Hablamos de una pieza de mobiliario que todos (y cuando digo todos somos todos), hemos visto alguna vez en casas de amigos, familiares o conocidos (aunque sólo en muy pocos casos fuera la original). Fue el primer diseño industrial de la historia, y se trata de la silla Número 14, o Silla de Café de Thonet.

La exposición de París de 1867 dejó inventos, creadores, historias. Una de ellas cuenta que la silla Nº 14 de Michael Thonet, conocida como «la Silla de las sillas», confirmó su indestructible composición al ser arrojada al vacío desde lo alto de la Torre Eiffel. La versión moderada sostiene que, en realidad, la silla fue tirada por el mismo Thonet por la ventana de su estudio ante un arrebato de frustración. Ambas comparten el mismo desenlace: la silla salió ilesa. La madera maciza de Haya y la lograda confección de la pieza son las responsables de ese preciado atributo. Para comienzos del siglo XX la silla llevaba 30 millones de unidades vendidas y ya contaba con las medallas de Bronce y Oro otorgadas por las ferias de Londres y París.


Michael Thonet nació en 1796 en Boppard, se formó como carpintero y dedicó su vida a la experimentación con materiales. La técnica que lo consagró como figura fue la del doblado de la madera, para aquel entonces reservada a la fabricación de cascos de barcos. Thonet patentó el proceso que consistía en pegar láminas de madera, someterlas a calor y humedad durante cinco horas y llevar el material a un estado elástico y flexible, que se trabajaba durante los primeros tres minutos con prensas metálicas para generar una curva perfecta. El descubrimiento llegó a oídos del príncipe Clemente de Metternich, Ministro de Asuntos Exteriores de Imperio Austriaco, quien invitó a Michael a Viena. Sus diseños y sus métodos de fabricación en serie provocaron una efervescencia tal entre las clases altas que la producción se disparó, y Thonet y su familia y aprendices se trasladaron a Viena. Adolf Loos la puso en el famosísimo café vienés Museum. Le Corbusier la definió como una silla «con rasgos de nobleza» y Álvaro Siza celebró sus escasos 3,5 kilos: «Tanto un anciano como un niño pueden cargarla sin esfuerzo».Personalidades de la talla de Pablo Picasso, Charles Chaplin, León Tolstoi y Pierre-Auguste Renoir se retrataron con sus ejemplares de la Silla Nº 14.

Desde entonces, y hasta hoy, se han vendido 60 millones de unidades de esta silla, sin contar las innumerables réplicas, tanto en madera como en metal. Como curiosidad, el asiento original se fabricó en rejilla para que, dado el caso de que un líquido se derramara en la silla —algo habitual en un café—, éste cayera al suelo y no se quedara en el asiento, manchando a quien luego se sentara en ella. La Silla 14 , diseñada en 1859, es todavía hoy conocida como «La silla de las sillas».

Esperemos que os haya gustado saber un poco más de este icono tan inmensamente popular.