Entrevins
El proyecto gastronómico del somelier Guillaume Glories se traslada a la calle de la Paz, en Valencia. Este nuevo restaurante ocupa la primera planta de un ecléctico edificio de finales del XIX. Ubicado en el entresuelo de escasa altura, recayente a la vía principal y a la peatonal Castellvins en Valencia.
La premisa principal para este nuevo espacio era la de conseguir una sensación de domesticidad, sin perder elegancia ni recurrir a estereotipos.
El acceso, una puerta de madera maciza, da paso al recibidor con pavimento hexagonal de cerámica, donde encontramos un ascensor acristalado y la escalera de madera de roble que conducen al comedor principal.
Una barra de aspecto monolítico de mármol arabescato nos recibe; es el lugar de los licores y espirituosos de la sobremesa.
El pavimento general de madera de roble y el mueble de apoyo de camareros presiden todo este espacio, dominado por la luz natural de los grandes ventanales perimetrales de la pared de ladrillo visto.
Recayente a la calle lateral y elevado 50cms se sitúa un comedor más informal. Un espacio rectangular, divisible ópticamente con unas cortinas ligeras. Las mesas de esta sala se diseñaron para ser utilizadas sin mantel. Son de madera maciza proveniente de vigas rescatadas de un derribo, con estructura de hierro. Este espacio separa visualmente del corredor de acceso a baños y cocina por una vitrina/escaparate de vinos. Entre estas salas y la cocina se ubica el comedor diario de cocineros, separado de la zona de trabajo por un gran portón corredero de madera y policarbonato.
En el extremo opuesto encontramos una pequeña sala privada, con acceso y baño independientes y el único espacio del que se ha podido conservar por completo el pavimento original de cerámica Nolla.
Para enfatizar el espíritu doméstico de la sala principal se diseñó una mantelería especial, en un tejido de algodón blanco atravesado por una línea bordada en hilo rojo. Estas líneas sutiles del mantel se reflejan también en el techo con una composición de perfiles lineales de aluminio anodizado y lacado en el mismo color, que albergan la iluminación.
Esta iluminación debía ser general para poder cambiar la ubicación de las mesas y agruparlas según necesidades y variables.
Entre estas líneas de led se encajan paneles fonoabsorbentes que resuelven el confort acústico.
El resultado es un espacio muy luminoso durante el día, y con luz ambiente muy agradable en las noches, completamente silencioso, donde disfrutar de la comida, del vino y las sobremesas sin interferencias molestas.