Cosínroom
Se trata de un local con dos accesos a ambos lados del patio de escalera, con un ancho total de 10,50 m y una acusada profundidad de 45 m, con la magnífica aportación de luz natural de sus dos lucernarios, uno en la mitad del local y otro casi al final del mismo.
Este espacio alberga un showroom de mobiliario contemporáneo de las primeras firmas europeas.
Cuenta con espacio puramente expositivo, una zona de atención al público, los puestos de trabajo, almacén de catálogos y muestras y una gran cocina abierta junto al patio trasero.
Esta última zona se creó para propiciar una nueva forma de relacionarse, en torno a comida y bebida, a una mesa, y acentuar el marcado carácter hogareño y relajado del espacio, mientras se desarrollan actos culturales, presentaciones de productos o momentos distendidos con el equipo del showroom.
Por ser un local de notable longitud, se dividió en tres áreas funcionales.
Una primera zona, más acotada y casi cerrada, en el acceso, con una piel que regulariza el espacio alrededor de la caja de escalera del edificio, rematada en su testero con un forro de espejos grises verticales. Este primer volumen se retranquea de la fachada, creando dos espacios en la entrada, con función de vestíbulo y escaparate.
Esta primera pieza se caracteriza por su simetría y homogeneidad. Se ilumina mediante focos en un carril oculto. Esta iluminación permite tratar lo expuesto como piezas especiales, de forma puntual y teatral.
El paso entre el vestíbulo y la segunda zona intermedia se hace a través de sendos arcos, que vuelven a enfatizar el carácter de “casa” del espacio, y al final de los corredores nos encontramos con la explosión de luz natural del espacio central.
Esta zona se trabajó como si de un espacio exterior se tratase, despojándola de todo revestimiento, y dejando a la vista las vigas y finas estructuras metálicas y los revoltones de ladrillo característicos de la zona.
Ello, unido a la extraordinaria luz cenital de la gran claraboya, ofrece un ambiente luminoso, tamizado, muy agradable durante todo el día.
La tercera zona, más privada aunque abierta al espacio anterior, se ordena en torno a un pequeño patio interior, un cubo acristalado en tres de sus lados.
La zona de trabajo se apoya en una estantería de arce a doble cara, que conforma además el acceso a los baños y almacén. Esta caja de servicios se desdibuja al estar cubierta de piezas verticales desiguales de espejo.
Al fondo se ubica la gran cocina para recibir y organizar actos en torno a la mesa. Tanto el mobiliario como la bancada de granito, se realizaron en gris muy oscuro, para conseguir un módulo de aspecto monolítico que casi oculta su función cuando no está en uso.
La pared que delimita el local se ha forrado de nuevo con espejo gris.
La elección de este material permite desdibujar los límites de las tres funciones mencionadas, creando una agradable sensación de continuidad y apertura e invitando a un juego de espacio infinito.
A ello contribuye también el uso de un mismo pavimento para todos los espacios del showroom (hormigón claro) y por la repetición del color blanco, declinado en multitud de tonos en sus paredes y techos.